Derramé ya muchas lágrimas y chorreé de sangre,
viviendo siempre al dia y dias pasando hambre,
cansado de casualidades y promesas incumplidas
de la vida que he quemado solo han quedado heridas.
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domingo, 27 de noviembre de 2011
martes, 15 de noviembre de 2011
El cielo se partió en Berlín, la vela se apago... mirando las hojas caer, cosiendo el tiempo a lágrimas en el mantel me derrumbe, cogió mi corazón... y vivo sin vivir en mi y muero cada hora que se escapa sin saber de ti. Lo siento tanto tanto amor, me duele el corazón. El día cero se acabó y yo sigo sin tu absolución. Esta madrugada llueve en la ventana de mi habitación. Los girasoles de papel miran hacia otro lado en el pequeño cuarto donde ayer hicimos el amor, le dan la espalda al sol. Veo las sombras de algunas palabras, me miran , se ríen, me culpan, señalan, me arañan con rabia al volar... no volverá a pasar. Esta madrugada llueve en la ventana de mi corazón.
Era 9 de noviembre de 2011,aproximadamente a las doce menos cuarto llegando casi a menos diez, cuando de repente mi teléfono sonó. Lo cogí y lo miré extrañada por recibir una llamada a esas horas. Vi tu nombre reflejado y todo mi ser dio un vuelco. Hacía más de un año que no habías llamado... pero lo cogí casi sin pensar... no quería perder esa llamada. Salude nerviosa y oí tu voz...animada, quizás un pequeño hilo de nerviosismo casi imperceptible...y una voz mucho mas madura me hablaba. Hace mucho que no sabemos el uno del otro dijiste...y tenías y tienes razón. ¿Vernos? Claro. Una quedada en serio que no quedará en palabras...afirmaste. Sí, sin dudarlo dije...hay tanto que quiero decir y tan poco que puedo decir.
Dicen que hay cosas que pasan porque así lo quiere el destino y estaba claro que el destino no deseaba juntarnos...pero el había llamado para luchar contra el destino, para realizar un encuentro que quizás nunca debería tener lugar, pero que deseo que tenga lugar y se haga realidad.
Recuerdos, dolor, felicidad y miedo.
jueves, 10 de noviembre de 2011
Sus ojos eran faros que que me guiaban hasta un destino al que sólo podía dejarme arrastrar.[...]
Mientras describíamos un giro desmayadamente lento, la estreché un poco más contra mi cuerpo para confesarle:
-Aparte de bailar, me gustaría darte un beso. ¿Puedo?
- Eso no se pregunta -respondió con una sonrisa maliciosa-. Se hace y punto.
Inmerso en el juego más viejo de la humanidad, de repente me apeteció demorar un poco el momento.
-¿Y si la otra persona no espera el beso?
-Entonces tendrás que atenerte a las consecuencias.
- Es un riesgo- le susurré antes de besar suavemente su mejilla.
No apartó la cara, lo cual era una buena señal. Luego declaró con un susurro:
- Vivir es un riesgo permanente. Sólo los muertos estan a salvo, ya lo sabes. Para siempre.
miércoles, 9 de noviembre de 2011
Rojo como la sangre. Blanco como los huesos. Rojo como la soledad. Blanco como el silencio. Rojo como el nervio de una bestia. Blanco como el corazón de un Dios. Rojo como la maldad de que derrite. Blanco como una lisonja que se congela. Rojo como una sombra que devora la noche. Blanco como los suspiros de la luna. Brillo blanco que se tiñe de rojo.» Shihoin Yoruichi
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